Las minas de cobalto del sur de República Democrática del Congo explotan a menores en jornadas interminables y sin protección. En estas minas trabajan niños incluso de siete años.
El cobalto se utiliza para las baterias de litio. Extraer materiales que permiten funcionar a un coche eléctrico o un smartphone debería ser una fuente de prosperidad para los mineros. La realidad es que estos pasan una vida agotadora por casi nada de dinero.
Uno de estos niños mineros, de 14 años y huérfano, llamado Paul, comenzó a trabajar con 12 y ha contado que las estancias prolongadas bajo tierra le hacían estar constantemente enfermo. "En ocasiones pasaba 24 horas en los túneles. Llegaba por la mañana y me iba a la mañana siguiente. Tenía que hacer mis necesidades bajo tierra. Mi madre adoptiva quería que fuera al colegio, pero mi padre adoptivo se opuso y me explotó haciéndome trabajar en la mina".
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