jueves, 16 de octubre de 2014

Hace 197 años

El 16 de octubre de 1817 fue descubierta por Giovanni Belzoni la tumba de Seti I,  padre de Ramsés II y que reinó entre 1314 y 1304 antes de Cristo.

Es sin duda, la mejor tumba del valle de los Reyes, pero actualmente no se puede visitar.

Con más de 100 metros de longitud, es una de las más grandes del valle y una de las pocas que están totalmente terminadas, debido a los muchos años del reinado del faraón.

Giovanni Belzoni, un explorador que a la hora de conseguir algo que le recompensara de todos los gastos económicos, se llevó el ataúd de alabastro, considerado como pieza única. Luego lo expuso en el Museo Arquitectónico Británico, donde lo vendió por 2000 libras esterlinas a Sir Joane, un famoso arquitecto de Londres. Actualmente, el ataúd se puede ver en la propia casa de este arquitecto, que más tarde donó al estado, ahora convertida en museo.



Entre 1903 y 1908, el arqueólogo británico Howard Carter, quien descubrió la tumba de Tutankamón en 1922, restauró la entrada del pasillo, realizó un trabajo tan perfecto, que la tumba no ha necesitado ninguna otra restauración hasta estos últimos años.

Pero esta tumba también encierra su secreto y misterio. Al final de la cámara funeraria, Belzoni descubrió un túnel lleno de escombros. Empezó la limpieza de este, pero cuando los obreros estaban a una profundidad de más de 100 metros respecto a la puerta de entrada, la carencia de oxígeno era tan notable que decidió suspender la operación.

A primeros de Julio de 2010, un grupo de arqueólogos descubrió en el Valle de los Reyes, en la ciudad de Luxor, el último tramo de un pasillo subterráneo que conduce a la tumba del faraón Seti I, después de una búsqueda que se prolongó 200 años en esta zona de Luxor, a unos 600 kilómetros al sur de El Cairo.

Ha sido la primera vez en la que los arqueólogos consiguen descubrir totalmente un pasillo excavado en las rocas de hasta 174,5 metros de longitud y que lleva a una tumba de 98 metros de profundidad

Dentro del pasillo, los arqueólogos encontraron piezas de cerámica que datan de la dinastía XVIII (1569-1315 a.C.), escaleras decoradas con inscripciones y la maqueta de un barco.

Durante las excavaciones, se localizó, además, otro pasillo de seis metros de longitud y cuya entrada lleva inscripciones que contienen las instrucciones que daba el arquitecto que lo diseñó a los obreros durante la construcción de este.



La construcción del primer pasillo principal fue suspendida con la muerte de Seti I, tras la cual Ramsés II, empezó a construir un túnel igual dentro de su propia tumba.

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