Estas gachas se preparaban el día de
Todos los Santos, el 1 de noviembre.
Era una época donde en las confiterías
aún no se habían comercializado los buñuelos y los huesos de santo y donde las
tradiciones culinarias familiares tenían más arraigo.
Ingredientes:
1 palo de canela en rama
Canela molida
1 vaina de vainilla
La corteza de un limón
Azúcar a gusto
4 cucharadas de harina de trigo
3 cucharaditas de aceite de oliva virgen
1 rebanada de pan sentado
En una sartén se vierte el aceite y se
dora en él una rebanada de pan en cuadritos y se reservan. A continuación se
incorpora a la sartén la harina y se remueve constantemente hasta que esté
tostada, en este momento se aparta del fuego y se deja enfriar.
Mientras se enfría la harina se pone un
cazo a hervir con la leche, la corteza de un limón , la canela y la
vainilla y mientras hierve añadimos 4 cucharadas de azúcar (la cantidad a
gusto de cada uno).
Transcurridos unos minutos vertemos la
leche hirviendo sobre la sartén con la harina, poco a poco, y removemos
continuamente (para evitar los grumos se bate la leche con la batidora).
Apartamos del fuego cuando la leche esté
a nuestro gusto de espesa y volcamos sobre unos platos de postre algo
hondos o en cuencos y dejamos caer por encima los picatostes.
Seguidamente pulverizamos las gachas con
canela molida y dejamos enfriar.
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