martes, 6 de mayo de 2014

Comer en el trabajo



Las grandes ciudades y las jornadas laborales nos impiden comer en casa y al mismo tiempo, la economía no nos permite comer a diario de restaurante.

Los sándwiches y los bocadillos valen para un día, pero para esa legión de trabajadores que comen fuera de casa, y quieren comer bien, saludable y casero, la tartera (tupper) es la única salvación.

La mayoría terminamos comiendo sobras, 
o siempre lo mismo (pasta, ensalada de pasta, ensalada de arroz, pasta otra vez) o, aún peor, comida preparada ultracongelada.

Os dejo 10 consejos para comer de tartera, rico, saludable y, sobre todo variado.

1. Varíar el menú: por mucho que te guste un plato, y por muy cómodo de comer y de preparar que sea, si lo comes a diario, terminará aburriéndote y te cansarás de él. Es mejor planificar un menú semanal y comer variado.

2. Elegir el menú según las condiciones de tu Empresa: Si en ella dispones de algunas ayudas como un horno microondas y un frigorífico la tarea de pensar el menú será mucho más sencilla, pero si no dispones de frigorífico, desiste de llevar una ensaladilla rusa u otra elaboración con mayonesa, ni un pastel de pescado.

3. ¿Sobras? Si, pero sin pasarse: es muy tentador preparar un poco de comida de más a la hora de cenar, y meterla en la tartera para comer, pero no debes abusar de esta costumbre o, de nuevo, terminarás teniendo la sensación de comer siempre lo mismo. Por supuesto, no hay que tirar sobras. Las puedes aprovechar, pero intenta dejar un día de por medio y así comer diferente.

4. Primero, segundo y postre: Bueno, ya sabemos que esto es bastante complicado, pero entre un menú completo de tres platos, y comer solo un “Tupper” con una ensaladita hay un término medio. Si llevas una tartera con un plato de fuerte, puedes comer plato único, pero si llevas un plato más ligero, lo puedes complementar con un frasco pequeño de consomé o gazpacho para tomar bebido. Y que el postre: un yogur, una pieza de fruta, un flan, etc. ¡no falten nunca!

5. Guarniciones: Una buena guarnición es una forma fantástica de suplir el menú completo. Algo así como comer un plato combinado. Intenta llevarlos eso sí, por separado.

6. Escoger buenos recipientes: Los tupper deben ser herméticos, de buena calidad y aptos para microondas.

 7. Platos y cubiertos: intentar tener un juego de platos (llano, hondo y bol), y unos cubiertos en tu trabajo. Sabemos que es un mero efecto psicológico, pero la diferencia entre comer en un plato y comer de un tupper, es enorme. ¡Así disfrutarás más la comida!

8. Salsas, aderezos y vinagretas: Hoy afortunadamente se pueden conseguir sobres individuales para aliñar las comidas que puedes tener en el trabajo para añadirlas al plato en el momento de comer.

 9. ¿Sin microondas? Agudiza el ingenio: Desde luego, no contar con microondas en el trabajo es una verdadera faena – por decirlo suavemente -, si tienes que comer allí. Tu menú se va a limitar mucho, pero puedes tomar ensaladas de todo tipo ¡atención que el de las ensaladas es un mundo, y hay vida más allá de la ensalada mixta y la ensalada de pasta! También puedes preparar empanadas, hojaldres, tortillas, cremas frías, bocadillos originales. Y si en pleno invierno se te hace muy cuesta arriba, siempre puedes llevar un poco de consomé calentito en un termo. Sobre todo sigue esta norma: a grandes problemas, soluciones imaginativas.


10. No renuncies al pescado. Si, ya sabemos que el pescado es mucho más delicado, que puede generar más olores que otros platos, pero esto tampoco significa que lo tengas que desterrar por completo de tu recetario de tartera. Quizá no vayas a tomar unas gambas a la plancha en tupper, pero sí una tortilla francesa con gambas, una empanada de merluza, o unas patatas guisadas con bonito

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