Se trata de una composición para piano y orquesta, en la que las técnicas cuasi-improvisatorias típicas del jazz se mezclan con las técnicas compositivas más formales. Una maravilla de obra, que ayudó definitivamente a que se considerara el jazz como una música “seria”, digna de oírse en las más selectas Salas de Conciertos del mundo. Por cierto, una "Rhapsodia" es una pieza musical compuesta de diferentes partes temáticas, unidas entre sí de manera libre y sin relación entre ellas. Típica del romanticismo, suele estar dividida en dos secciones, una de ellas lenta y dramática, y la otra rápida y dinámica, consiguiendo de su unión un resultado brillante. O sea, una especie de poema musical, al estilo de lo que hacían los "rapsodas", que eran quienes en la antigua Grecia recitaban los poemas de Homero…
Rhapsody in blue no debe traducirse como Rapsodia azul, ya que "blue" se refiere al género musical "Blues" el triste y melancólico género originario del Sur de los Estados Unidos, emparentado con el jazz tan querido para él, el soul o el gospel.
Hijo de una familia de inmigrantes rusos de origen judío, Jacob Gershovitz nació en Nueva York en 1898, en pleno Brooklyn. La familia cambio su obviamente judío apellido por “Gershwin” cuando Jacob tenía pocos años de edad; también más tarde cambió el Jacob por George, para terminar la nacionalización (norteamericana) completa de su nombre.
Parece que a los diez años tuvo una “inspiración” cuando escuchó un recital al violín de un amigo suyo. Como en casa había un piano que se había comprado para que su hermano mayor, Ira Gershwin, aprendiera a tocarlo, a él se dedicó con furia, y aprendió a tocar de forma autodidacta, él solito, hasta que su padre decidió darle alguna clase para perfeccionar su técnica.
Naturalmente que él lo que deseaba era triunfar en Broadway, componiendo la música de los musicales de éxito que tanta repercusión tenían entonces y ahora (entonces más que ahora, pues a principios del Siglo XX no había medios masivos de reproducción musical; los gramófonos sólo se pusieron de moda bastantes años después, así que prácticamente la música sólo podía oírse en directo), y así forrarse, como hacían por entonces Inving Berlin o Jerome D. Kern, que llenaban las Salas de Broadway y cuya música se reproducía en todo el país.
Aunque su formación musical no era gran cosa (en realidad, casi no era nada), con apenas quince años comenzó a trabajar en una tienda de instrumentos musicales, interpretando al piano las melodías de moda para los posibles clientes. También componía sus propias piezas. La primera, con 17 años; otras más siguieron, y con veinte años publicó Swanee, pieza que tuvo un éxito inmediato a nivel nacional y le permitió vivir holgadamente de la música desde entonces.
Con libreto de su hermano Ira, compuso en 1924 su primera comedia musical, “Lady Be Good”, estrenada en Broadway, naturalmente… ocho o diez más siguieron, entre ellas alguna tan famosa como “Girl Crazy”, o su ópera folk "Porgy and Bess", considerada la mejor ópera norteamericana, y donde encontraréis la bellísima y famosísima nana "Summertime"
Su estancia en París sirvió para que compusiera "Un americano de Paris", su otra obra más conocida.
En 1936, tras el estreno de Porgy and Bess, se mudó a California, donde compuso la banda sonora de varias películas (¡Ya eran sonoras!), como ¿Bailamos? (Shall we dance?;protagonizada por Fred Aster y Ginger Rogers. Pero hacia comienzos de 1937, comenzó a sufrir dolores de cabeza cada vez más intensos… se le diagnosticó un tumor cerebral de difícil, por no decir imposible, tratamiento. Él siguió trabajando, hasta que el 9 de julio de 1937 entró en coma de repente. A la desesperada, se intentó una intervención quirúrgica de urgencia como último remedio, pero la operación no tuvo éxito.
Falleció dos días después, el 11 de julio, a los 38 años de edad. Había revolucionado la música de Norteamérica, llevando a las Salas de Concierto melodías típicas del jazz, del jazz negro, cosa que en los años veinte y treinta del Siglo pasado, por mucho que la esclavitud hubiera sido abolida decenas de años antes, fue muy transgresora. Había llevado a las Salas de Conciertos las bailables y desenfadadas músicas de la comedia musical de Broadway. Había compuesto música de película de una excelente calidad musical. Fue, quizá, uno de los inventores de la “fusión” que tan de moda está ahora. Quién sabe qué maravillas hubiera compuesto de haber vivido veinte años más, a pesar de que, como él mismo aseguraba, no tenía ni idea de componer… Una gran pérdida.
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