Y aquí la version coral
A mi me gustan las dos versiones un montón.
En 1803, en el monasterio benedictino de la ciudad de Beuern (Baviera, Alemania), se encontró una colección de 300 poemas goliardescos recogidos en un manuscrito de la primera mitad del siglo XIII. La mayor parte de los poemas estaban escritos en latín aunque unos cuantos lo estaban en una mezcla de latín y alemán, e incluso con algunas palabras francesas. Sus autores eran clérigos que llevaban una vida licenciosa y desordenada y se inspiraron tanto en composiciones populares contemporáneas, con frecuencia groseras, como en las cultas de Homero, Cátulo y Ovidio. Los dos principales temas que desarrollan son el amoroso y el satírico contra la iglesia.
El compositor alemán Carl Orff (Munich 1895 - Munich 1982) autor del famoso método musical para niños Orff- Schulwerk (1930) recopiló 25 de estos poemas en una cantata a la que llamó Carmina Burana (Poemas de Beuern).
Carmina Burana es una obra musical de las más taquilleras de todos los tiempos. Se trata de una obra joven, pues fue compuesta en 1937, y sin embargo, ha sido capaz de alcanzar, y posiblemente de desplazar en popularidad, a obras de la talla y tradición de la Novena Sinfonía de Beethoven, la Sinfonía Nº 40 de Mozart o el Huapango del compositor mexicano José Pablo Moncayo. Ha sido calificada por algunos especialistas, y otros no tan especialistas, como menor a otras de su autor, Carl Orff, pero paradójicamente, es gracias a ella que este compositor alemán se ha vuelto verdaderamente famoso.
Carmina Burana es una cantata basada en textos escritos por los escolares vagantes de los siglos XII y XIII en una mezcla de varios idiomas le la época: latín popular y alemán medieval. Orff seleccionó 24 de estas canciones descubiertas en 1803 en el monasterio de Benediktbeuren. Comienza con un poderoso himno en honor a la diosa Fortuna, utilizando músicas que recuerdan a la Edad Media y al canto gregoriano. Después siguen canciones como La Primavera con sus campanas de regocijo, la canción del bebedor En la taberna o el lirismo de La corte del amor, acabando la obra nuevamente con la diosa Fortuna.
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