Recuerdo que mi madre la noche anterior al 1 de noviembre ponía unas lamparitas por cada uno de los familiares que habían fallecido en un tazón con aceite y las dejaba toda la noche, a mi me daba un poco de miedo y me tapaba la cabeza con las sabanas porque pensaba que esa noche venían todos los muertos a visitarnos.
Hoy voy a encender esta vela simbólica por todos los que haciéndonos mucha falta no estáis ya aquí con nosotros. Os queremos mucho y nunca os olvidaremos.
Mamá, tu que llorabas cada vez que escuchabas en la radio la gaita y nos decías que era una grabación de nuestro abuelo, puedes estar orgullosa porque desde hace unos días, la biografía y el disco del abuelo Salvador forma parte de la colección del Museo de la Gaita de Gijón.
1 comentario:
Son días para recordarles a todos y hacerles una visita al cementerio y encender esa vela simbólica, yo también la enciendo.
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