Mark Twain, pseudónimo de Samuel Langhorne Clemens, nació en Florida
Missouri, Estados Unidos el 30 de noviembre de 1835
Era un aventurero incansable, encontró en su propia vida la inspiración
para sus obras literarias. Creció en Hannibal, pequeño pueblo ribereño del
Mississippi. A los doce años quedó huérfano de padre, abandonó los estudios y
entró como aprendiz de tipógrafo en una editorial, a la vez que comenzó a
escribir sus primeros artículos periodísticos; ya en 1851 publicaba notas en el
periódico de su hermano. Posteriormente trabajó en imprentas de Keokuk, Iowa,
Nueva York, Filadelfia y otras ciudades. Más adelante fue piloto de un barco de
vapor, soldado de la Confederación, y minero en las minas de plata de Nevada.
En 1862 comenzó a trabajar como periodista en el Territorial Enterprise de
Virginia City (Nevada) y, al año siguiente, comenzó a firmar con el seudónimo
Mark Twain, que en el Mississippi significa dos brazas de profundidad (el
calado mínimo necesario para la buena navegación).
Sus visiones críticas contra el racismo, el esclavitud y otros temas
sociales conflictivos truncaron su vocación de periodista.
A partir de 1864 empezó a frecuentar a otros escritores. En 1867 viajó a
Europa y Tierra Santa. En 1870 se casó con Olivia Langdon.
Su talento literario se desplegó plenamente con Las aventuras de
Huckleberry Finn (1882), obra ambientada también a orillas del Mississipi,
aunque no tan autobiográfica como Tom Sawyer, y que es, sin duda, su obra
maestra, e incluso una de las más destacadas de la literatura estadounidense,
por la que ha sido considerado el Dickens norteamericano. Cabe destacar también
Vida en el Mississippi (1883), obra que, más que una novela, es una espléndida
evocación del Sur, no exenta de crítica, a raíz de su trabajo como piloto.
Fue reconocido
mundialmente durante los últimos años de su vida, y recibió el doctorado
Honoris Causa por la Universidad de Oxford (Inglaterra), en 1907. Murió el 21
de abril de 1910 en Nueva York.
También escribió El principe y el mendigo (1881), Un yanquí en la corte del Rey Arturo (1889) El billete de un millón de libras esterlinas (1893) pero desde luego todos hemos leído las aventuras de Tom Sawyer y de Huckleberry Finn



























