Casados desde 1956, el señor y la señora Kuroki decidieron ir a vivir a una granja para criar a sus dos hijos y ganarse la vida como productores de leche, entre otras actividades rurales. Tenían una vida feliz hasta que la tragedia golpeó a su nido de amor cuando la señora Kuroki perdió repentinamente la vista a consecuencia de una complicación con su diabetes. Esta triste noticia afectó duramente a la señora Kuroki que entró en una depresión y se aisló dentro de la granja.
Afectado por el estado de ánimo de su mujer, el señor Kuroki tuvo una idea para ayudarla. El hombre decidió plantar un enorme jardín alrededor de la casa familiar para que su mujer tuviera alicientes para salir al exterior: el increíble olor de las miles de flores que decidió plantar durante dos años de duro trabajo.
La señora Kuroki logró superar poco a poco su depresión y disfrutar de sus paseos por el exterior de la granja. De hecho, la finca se ha convertido ahora en un pequeño lugar de peregrinación para la gente que quiere conocer de cerca la particular historia de amor de los Kuroki, que sirve como lección de amor y respeto universal.
Esto de verdad, si que es amor verdadero, en la salud y en la enfermedad........
fuente: http://noticiasmuycuriosasverparacreer.blogspot.com.es/
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