Pese a esos y otros avances, la prosperidad no ha sido compartida por todos. Las desigualdades, la extrema pobreza, el desempleo, la exclusión social y la degradación del medio ambiente siguen siendo características distintivas de sociedades de todo el mundo. La discriminación y el prejuicio continúan siendo importantes obstáculos a la construcción de sociedades inclusivas. Para muchos grupos sociales vulnerables, la situación empeora. Los efectos del cambio climático afectarán principalmente a aquellos que menos hicieron para causar este problema.
La solidaridad es fundamental para subsanar las deficiencias en el desarrollo sostenible.
No dejar a nadie atrás y asegurar una prosperidad compartida son principios básicos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada por dirigentes de todo el mundo en septiembre de 2015, y del Acuerdo de París sobre el cambio climático, aprobado en diciembre de ese mismo año. A medida que los países se esfuerzan por cumplir sus promesas y hacer efectivos los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, el apoyo mutuo será fundamental. Los problemas mundiales requieren soluciones colectivas. En un momento de división acerca de numerosas e importantes cuestiones de alcance mundial, desde el conflicto armado hasta la migración forzada, es preciso que las personas se unan haciendo causa común, en vez de alejarse entre sí por temor.
En el Día Internacional de la Solidaridad Humana, hagamos hincapié en el papel de la solidaridad humana en la construcción de vidas dignas para todos en un planeta sano. Debemos trabajar juntos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y alcanzar el futuro que queremos.
En el Día Internacional de la Solidaridad Humana, hagamos hincapié en el papel de la solidaridad humana en la construcción de vidas dignas para todos en un planeta sano. Debemos trabajar juntos para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible y alcanzar el futuro que queremos.
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