miércoles, 2 de marzo de 2016

El primer DNI


El 2 de marzo de 1944 en España se crea el Documento Nacional de Identidad. La iniciativa partió de Presidencia del Gobierno para tener más y mejor controlados a los españoles.



Los primeros obligados a formalizarlo fueron los presos y los que permanecían en libertad vigilada. En segundo lugar, el personal masculino que por su profesión o negocio mudaba con asiduidad de domicilio. En tercer lugar, los varones residentes en ciudades de más de 100.000 habitantes. Luego, los hombres en localidades entre 25.000 y 100.000 habitantes, después las mujeres que viajaban por motivos de trabajo y así sucesivamente hasta completar con los años el conjunto de la sociedad.

Zaragoza fue la primera capital de provincia donde se expidió el DNI. El ensayo se extendió posteriormente a Valencia. Desde la capital del Turia, el método se propagó al resto de las urbes hasta completar 59 equipos fijos distribuidos en todas las ciudades excepto Navarra.

Desde un principio, y con un método aún vigente, los números del DNI se asignaron por lotes a los equipos de expedición. Así, cada comisaría o equipo móvil que tramita el DNI, cuenta con un margen suficiente de números libres. Si agota ese cupo, se le otorga un nuevo lote, no necesariamente correlativo al anterior.

La comisaría de Santa Engracia en Madrid tuvo el privilegio de tramitar los primeros carnés. Echando un vistazo al primer volumen de registro, queda patente el culto a la personalidad del Generalísimo. El número uno se lo adjudicó para sí Francisco Franco Bahamonde. Cuestión de galones. El segundo llevaba el nombre de su mujer, Carmen Polo y Martínez Valdés. Para su hija Carmen Franco Polo fue a parar el número tres. Del cuarto al noveno han quedado vacantes. Del 10 en adelante y hasta el número 99, se bloquearon para la Familia Real española. El número 10 se le asignó a Su Majestad el Rey, el 11 para Doña Sofía de Grecia, el 12 para la Infanta Elena y el 14 para la Infanta Cristina. La superstición dejó vacía la casilla del 13. El DNI del actual Rey Felipe VI es el número 15. 


Un total de siete tarjetas con diferentes diseños han servido de soporte al DNI. La primera data de 1951 e incluía los datos de filiación, profesión, empleo o cargo. De color verde, adjuntaba el águila imperial característica del régimen franquista. Además se señalaba la categoría del sujeto en arreglo a su economía. La segunda llegó en 1962 e incorporaba estado civil y grupo sanguíneo. Su color azul respondía al tono corporativo de la Policía. Desaparece el sexo del sujeto. El siguiente formato llega en 1965 y se expide hasta 1980. Ha sido una de las tarjetas más longevas y populares. Se mantuvieron los mismos datos y únicamente se suprimió la firma del director del equipo que expedía el carné. Las variantes más significativas del cuarto modelo de DNI, -con una vigencia desde 1981 a 1985-, fueron la inclusión del escudo constitucional y la supresión de las categorías. Se incluye de nuevo el sexo del ciudadano. En el siguiente modelo (1985-1991), se descartan la profesión, el estado civil y el grupo sanguíneo, ya que en ocasiones provocaba errores médicos. En la década de los 90 se idearon unos modelos realizados mediante tecnología informática. La histórica huella dactilar desapareció y la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se encargó de su fabricación. 

El DNI actual, también llamado DNIe (electrónico), adjunta un chip que agiliza los trámites con la Administración e Internet, además de contener toda la información del sujeto, incluida la huella dactilar.

Nadie ostenta «el número de un muerto» como se afirma sin fundamento en conversaciones de bar. La Unidad de Documentación de Españoles de la Policía tiene colchón suficiente para no recurrir a esa técnica. En 54 años, se han expedido unos 60 millones de carnés y aún hay otros 40 millones libres hasta que se alcance la cifra de 99.999.999 carnés expedidos. Cada ciudadano estrena número y no hace falta resucitar el número de nadie. El número del DNI es perpetuo, personal e intransferible por motivos legales.

En numerosas ocasiones se ha afirmado con rotundidad en miles de conversaciones que el número que aparece aislado en el margen derecho del DNI es el número de personas que se llaman igual que tú en España. Ésto, al margen de tener alguna utilidad si fuera cierto, no sería viable, pues si nace otra persona con tu mismo nombre mientras el DNI sigue vigente, ya no vale la cifra. Este número no es más que otro dígito de control interno que a ojos del ciudadano de a pie no significa nada.

Otro mito muy extendido decía que si el nombre aparece desplazado ligeramente hacia la derecha, con respecto a los apellidos, significa que el sujeto tiene antecedentes penales. Ésto se afirmaba que ocurría en los DNIs antiguos, para que la policía pudiera comprobar de una manera rápida en el momento si se trataba de un delincuente, dado que no existían comprobaciones instantáneas en la época mediante tecnología. Por supuesto es falso.
Existe una versión de este mito para el DNI actual, en el cual si las flechas entre los números de la parte trasera apuntan a la izquierda, el propietario no tiene antecedentes. Si apuntan a la derecha, es un delincuente con expediente abierto. De nuevo, la imaginación quiere convertir en realidad algo que no lo es.

http://www.calculadni.com/historia-del-dni




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