jueves, 26 de enero de 2017

Sucedió hace 376 años, "La batalla de Montjuic"


El 26 de enero de 1641, el ejército francés y milicias catalanas derrotan en Barcelona al ejército español en la batalla de Montjuïc. Cataluña pasa a ser una república satélite de Francia.

La de Montjuic, en Barcelona, es una batalla que tuvo lugar el 26 de enero de 1641 y que forma parte de la que se llamó “La guerra de los segadores”, un enfrentamiento bélico que afectó a gran parte de Cataluña entre los años 1640 y 1652. La chispa que originó formalmente todo este episodio bélico fue un incidente callejero que se produjo en Barcelona del día del Corpus del año 1640, el 7 de junio, y que se cita como el “Corpus de Sangre”.
Aunque algunos textos utilizan una palabra gruesa, el término “asonada”, dando a entender que la escenografía estaba minuciosamente preparada (algo que no está claro en absoluto), este episodio que prendió la situación y dio origen a la sublevación fue un suceso callejero, en principio no demasiado grave, un reyerta entre un grupo de segadores y campesinos con algunos soldados castellanos, en la que un segador quedó malherido. Ocurrió, como se ha dicho, el día 7 de junio del año 1640 y ha quedado fijado en la historia como “El Corpus de Sangre”.

Solían acudir por aquel tiempo a la ciudad de Barcelona, con ocasión de la fiesta del Corpus, segadores y campesinos, que andaban en cuadrillas por la ciudad a veces en número muy elevado (se dice que aquel año podían llegar a los 2.500). También se encontraban muchos soldados, oficiales y miembros del ejército real, concentrados allí con ocasión de las guerras con Francia. El caso es que, por lo que después se dirá, los barceloneses no miraban bien a los militares castellanos y, coincidiendo ambos colectivos, lo lógico es que, al toparse unos con otros por las calles y las plazas comenzaran al menos las mofas, los roces y las pendencias. Los que hoy llamaríamos fuerzas de seguridad y orden empezaron a actuar en uno de estos altercados y, al tratar de detener a un segador, éste resultó herido: sus compañeros acudieron en seguida a defenderle y vengarse y, como estos eran muchos más, soldados de la milicia que estaban de guardia junto al palacio del virrey, viéndose en inferioridad, comenzaron a disparar, lo que acabó por excitar de tal modo a los segadores que, enardecidos, acabaron gritando contra el rey Felipe IV y su mal gobierno mientras daban gritos de ¡Viva Cataluña! y ¡Venganza! A partir de ahí ya es de suponer que la tensión del momento fue creciendo progresivamente. Los soldados “para mantener el sosiego de la ciudad, contribuían a que el tumulto fuese mayor” mientras que algunos grupos de segadores, guiados y engrosados ya por vecinos de la ciudad, acabaron rodeando la casa del virrey, el cual dudando sobre qué hacer, cuando al fin se decidió a huir hacia el puerto para escapar en un barco, acabó muerto con cinco cuchilladas en el cuerpo.


Los disturbios, además de extenderse por otras zonas y ciudades de Cataluña en los que había tropas castellanas, continuarían en Barcelona durante los días siguientes y el balance se cerró, según las fuentes, con un total de entre 12 y 20 muertes, mayoritariamente funcionarios reales. “Los revoltosos se apoderaron de la ciudad durante tres días”.

Mientras en Cataluña se hicieron cargo del poder la Diputación y el Consejo Municipal, en Barcelona iba volviendo la calma pero no así en las zonas rurales en las que desde los púlpitos se animaba a defender las libertades catalanas, hasta el punto de que el obispo de Gerona excomulgó a dos regimientos que estaban allí instalados, lo que llevó a mezclar el orden político con la religión.

Este levantamiento, y en especial la muerte del virrey, catalán de nacimiento, Dalmau de Queralt, conde de Santa Coloma, marcó el inicio de la sublevación de Cataluña de 1640 o Guerra de los Segadores (1640-1652). Ya no fue posible la vuelta atrás. Unos y otros así lo entendieron. Y, aunque en los dos bandos, como suele ocurrir en estos casos, hubiese voces que aconsejasen la calma y trataran de evitar la confrontación militar, no tuvieron éxito.

Unos y otros deciden prepararse para la guerra. En Madrid, al llegar la noticia, lo primero que se plantearon fue evitar el vacío de poder nombrando un nuevo virrey para a continuación decidir que el rey saliese de Madrid, acompañado de un ejército, “el mayor que pudiese formarse”, hacia Zaragoza con la excusa de celebrar Cortes en Aragón.

En Cataluña, por el contrario, conscientes de su incapacidad militar para enfrentarse al ejército real, deciden solicitar ayuda a Francia, una iniciativa que a los franceses, en el enfrentamiento que tenían con España dentro de “La guerra de los treinta años”, les pareció de perlas y en seguida enviaron un ejército de 3.000 hombres, con cargo naturalmente al erario catalán.

Mientras el ejército real se aproxima victorioso hacia Barcelona con 20.000 hombres y recupera Tortosa, Cataluña se convierte en república bajo la protección de Francia. Pero esa acción políticamente resultaba insatisfactoria y, ante la presión de los franceses, acaban, primero, haciendo conde de Barcelona al rey Luís XIII para a continuación convertirlo en rey de Cataluña con el nombre de Luís I.

Así las cosas, el ejército real decide tomar Barcelona el 26 de enero de 1641 pero las tropas franco-catalanas la defienden con éxito: al pie de la ciudad y en las laderas de Montjuic, las tropas reales sufren un considerable fracaso en la que se llamó precisamente batalla de Montjuic. Tras una primera embestida contra la montaña, la milicia gremial de la ciudad junto con los apoyos franceses, formados éstos por varios regimientos y otros 1.000 jinetes que regresaban de Tarragona, consiguieron repeler el ataque. A las tres de la tarde intentaron un nuevo ataque en masa, pero la falta de escalas para subir a las murallas y el fuego catalán provocaron su retirada. El ejército de Felipe IV se retiró hasta Tarragona. En cuanto a las bajas de los castellanos hay mucha diversidad de opiniones según la fuente que se utilice: mientras unos hablan de 300 muertos y otros tantos heridos, hay quien eleva la cifra a más de mil. Sí hay, por el contrario, más acuerdo en lo referente al otro bando pues se habla de 32 muertos y otros tantos heridos mas 10 muertos y 12 heridos en la caballería.

La guerra siguió con diferentes éxitos de unos y otros y hasta con varios sinsentidos. Cataluña se encontró siendo el campo de batalla de la guerra entre Francia y España e, irónicamente, padecieron la situación que durante tantas décadas habían intentado evitar: sufragar el pago de un ejército y ceder parcialmente su administración a un poder extranjero, en este caso el francés. Con un virrey francés y llena la administración catalana de conocidos pro-franceses, el coste del ejército francés para Cataluña era cada vez mayor, mientras se mostraban cada vez más como un ejército de ocupación. Mercaderes franceses comenzaron a competir con los locales, favorecidos aquellos por el gobierno francés, que convirtió a Cataluña en un nuevo mercado para Francia. Todo esto, junto a la situación de guerra, la consecuente inflación, plagas y enfermedades llevó a un descontento que iría a más en la población, consciente de que su situación había empeorado con Luis XIII respecto a la que soportaban con Felipe IV. Por otra parte en 1648, con el Tratado de Westfalia, que dio fin a la “Guerra de los Treinta años”, Francia comienza a perder interés por Cataluña.

Es entonces cuando Felipe IV, conocedor del descontento de la población catalana por la ocupación francesa, considera que es el momento de atacar y en 1651 un ejército dirigido por Juan José de Austria comienza un asedio a Barcelona. El ejército franco-catalán de Barcelona se rinde el 11 de octubre de 1652. Cataluña conserva sus fueros, se reconoce a Felipe IV como soberano y a Juan de Austria como virrey en Cataluña, si bien Francia conserva el control del Rosellón. Felipe IV por su parte firma obediencia a las leyes catalanas. Y con ello se da fin a la llamada sublevación de Cataluña de 1640 o Guerra de los Segadores.



Fuente: http://juancarloslopezeisman.blogspot.com.es/2014/01/batalla-de-montjuic-26-enero-1641.html



No hay comentarios: