lunes, 23 de abril de 2018

Rosas de San Jorge

Vamos a preparar media docena de rosas (mitad de manzana para los más sanos, mitad de bacon para los que se animen) que se preparan en un momento y que dejarán al mismísimo San Jorge como un aficionado.


Ingredientes (para 6 rosas, 3 de manzana + 3 de bacon)


1 placa de hojaldre 

1 manzana (roja, claro)

6 tiras de bacon

Mermelada de fresa

Mermelada de tomate

Azúcar glas

Queso para rallar


Preparación


Es la típica receta en la que vamos a necesitar un poco de fe. Si a nosotros nos han quedado unas rosas más o menos decentes significa que cualquiera puede seguir las instrucciones y conseguir un resultado igual de aparente.


Dejamos nuestra placa de hojaldre fuera de la nevera un rato para que se temple. La idea es que sea rectangular -la mayoría las venden así- para que nos facilite el trabajo. Evidentemente, si alguien se anima a hacer hojaldre casero, pues mucho mejor, pero como hemos prometido que esta receta se resuelve en una hora, mejor coger atajos.

Mientras dejamos que la placa de hojaldre, ya estirada, repose, partimos una manzana roja por la mitad -sí, de esas bonitas- quitamos el corazón y la partimos en rodajas bastante finas, como las que se ven en la imagen. Preparamos un bol con agua y el zumo de medio limón y sumergimos -que queden más o menos cubiertas- las rodajas de manzana.

Lo metemos 2 o 3 minutos en el microondas a máxima potencia hasta conseguir que la manzana se ablande y podamos doblarla luego sin que se parta. Lo dejamos 2 minutos, comprobamos si ya están listas -ojo que quema- y, o lo dejamos un poco más, o las sacamos y escurrimos bien con un colador. Aprovechamos también para ir precalentando el horno a 180 grados.



Partimos la placa en 6 tiras (vamos a hacer 6 rosas). ¿Qué grosor? Pues el que sale de dividir una placa típica de las que venden en seis partes. Además, preparamos las dos mermeladas que, lo mismo, pueden ser caseras -más ricas- o compradas. La receta original usaba de melocotón pero nosotros, por aquello del color, hemos usado de fresa para las rosas de manzana y de tomate para las de bacon. En los dos casos queremos que esté un poco más líquida que la textura original, así que diluimos con un poco de agua para que sea más fácil untarla sobre las tiras de hojaldre.

Una vez extendida la mermelada, colocamos los trozos de manzana como se ve en las imágenes: bastante arriba y un poco montados unos encima de otros. Van a ser los pétalos de esta rosa comestible, así que cierta irregularidad en tamaño y colocación nos vendrá bien en el resultado final. Hacemos lo mismo con los trozos de bacon, partidos con un tamaño similar al de la manzana.



Ahora viene la parte más delicada aunque, insistimos, es muy fácil. Doblamos la mitad del hojaldre hacia arriba, cubriendo parte de las manzanas o el bacon. Y desde uno de los extremos, con cuidado, vamos enrollando la tira hasta llegar al final, consiguiendo así -para nuestra sorpresa- una estupenda rosa de manzana o de bacon. La primera, cierto, bastante más bonita pero menos sabrosa y engordante que la segunda.

Por cierto, antes de doblarlas podemos añadirle lo que nos apetezca. Por ejemplo, a las de manzana les sienta muy bien un poco de canela y, si somos golosos, tampoco es mala idea echarles un poco de azúcar en este momento, sobre todo si la mermelada que usamos no es muy dulce.



El proceso con las de bacon es exactamente el mismo: mermelada, colocar -ojo con la cantidad- enrollar y listo. Colocamos las rosas en el típico molde para magdalenas. En uno con diámetro de 6-8 centímetros encajan a la perfección. Lo metemos al horno entre 30-45 minutos, aunque a partir de la media hora estaremos bien atentos para no carbonizar nuestras rosas.

La idea es que el hojaldre quede bien hecho sin que se queme la manzana o el bacon, aunque la verdad es que estas últimas bien tostadas tienen su gracia. Si vemos que se están haciendo demasiado rápido las bajamos a una bandeja inferior del horno para que no se tuesten tanto.

Dejamos que se enfríen y espolvoreamos las rosas de manzana con azúcar glas y canela, y rallamos un poco de queso sobre las de bacon para rematar la jugada. Ahora ya sólo nos falta decidir qué libro regalar este año por Sant Jordi, aunque de eso ya hablamos mañana.



Por cierto, aprovecho la ocasión para felicitar a mi sobrino Jorge.

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