Hola a todos, espero que hayáis
disfrutado de este maravilloso puente de San José, hemos tenido un
tiempo muy bueno.
Yo llevaba casi quince días enferma
con una gastroenteritis aguda, pero mi doctora me recomendó salir
fuera para tomar el aire y el sol y así de paso dar un respiro a
Carmen que ha estado pendiente de mi como una buena enfermera y
además sacando a pasear a la insaciable Cara que no se cansa de
jugar a la pelota.
Nos fuimos a la finca pero allí
siempre nos espera una sorpresa, hace un mes nos encontramos con que
el aire había tirado una farola y parte del tejadillo que cubre la
mesa grande de madera que hizo mi padre.
El sábado al llegar y abrir la reja
nos encontramos con que una arizónica de las que rodean la valla,
estaba caída y atravesada en el camino de entrada y no era pequeña
precisamente mediría unos 9 metros, lamentablemente nos hemos
descuidado con la poda y se han hecho árboles.
Afortunadamente cómo el coche de José
tiene tracción a las cuatro ruedas e iba provisto de una eslinga de
arrastre 4X4 se pudo mover el árbol lo suficiente para pasar el
coche hasta la casa y luego desde allí arrastrarlo hasta arriba de
la cuesta para que no estorbara.
Yo poco podía hacer, nada más
indicarle para que no se rozara el coche demasiado y no se llevara
por delante ninguno de los aspersores, pero uno ya estaba roto porque
parte del árbol le cayo encima.
Cómo suele decir José Luis... “menos
mal que me has traído hoy”
Y es cierto, a mí casi se me olvido
hasta felicitarle por su santo. Pero ahora lo hago.
¡Gracias Pepito, eres un cielo!
No
solamente, moviste el árbol, sino que además arreglaste el aspersor
roto y se pudo regar el césped y los árboles, el olivo está
precioso y Cara ha pasado unos días estupendos jugando a la pelota
sin parar y yo he vuelto un poquito más repuesta.
Desde luego si llego a ir yo sola, habría tenido que salir de la finca marcha atrás. 😪
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